Pasternak obliga

Por fin, mi cita con la cuesta Moyano tomó forma; ahora sí, me reencuentro con Madrid definitivamente y este es ya mi hogar, aun cuando hacía días que he recogido mi carné de lectora de la red de bibliotecas de Madrid.

Y el primer libro que recogen mis manos, miento, el segundo (el primero es de Félix de Azúa), es la "Antología de urgencia" de Boris Pasternak. 

Recojo hoy, para el recuerdo venidero y por el recuerdo pasado, que abrazan el presenten y a veces lo entristecen o lo exaltan, este "Cita", y que cada uno extraiga sus propias conclusiones:

CITA
Borrará la nieve los caminos,
cubrirá los aleros.
Yo iré a desentumecer los pies:
Detrás de la puerta estás tú.

Sola, con tu abrigo otoñal,
sin sombrero, sin chanclos,
luchas con la emoción
masticando la nieve.

Los árboles y los cercados
se pierden en la lejanía, en la bruma.
Sola, entre la nevada que cae,
tú permaneces en la esquina.

Chorrea el agua desde el pañuelo
por las mangas, entra por los puños,
y, en gotas, la escarcha
brilla en tus cabellos.

Humedece la nieve tus pestañas,
en tus ojos hay tristeza,
y toda tu figura está tallada
en un solo bloque.

Como con un hierro
templado en un baño de antimonio
te grabaron en forma de herida
en mi corazón.

En él ha quedado asentada para siempre
la sumisión de estos rasgos;
gracias a ellos no tiene importancia
que el mundo sea cruel.

Gracias a ello se desdobla
toda esta noche en la nieve
y, trazar fronteras,
no puedo entre nosotros.

Sin embargo, ¿quién somos y de dónde,
cuando de todos aquellos años
solo restan las murmuraciones,
mientras que nosotros no estamos ya en el mundo?

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