No mires atrás
ORFEO Y EURÍDICE
Orfeo, poeta y músico, se le atribuye la creación de la lira de siete cuerdas que Apolo había recibido de Hermes, a la que añadió dos cuerdas nuevas en homenaje a las musas, creando así la cítara.
Tomó parte en la expedición de los Argonautas; gracias a su ayuda, sus compañeros pudieron librarse de morir en la roca de las Sirenas, pues la belleza de su canto anuló el embrujo de éstas.
Orfeo es protagonista del mito del Amor más allá de la muerte, que se convertiría en fuente de inspiración literaria sobre todo a partir de la época helenística. Orfeo había tomado por esposa a la ninfa Eurídice y la amaba apasionadamente. Un día, corriendo descalza por la hierba escapando de Aristeo, fue mordida por una serpiente y murió.
Orfeo decidió ir a buscarla a los Infiernos. El reino de los muertos se rindió a los encantos de su música. Hades embelesado, consintió en dejar que Eurídice regresara con su esposo a condición de que fuera detrás de él y de que éste no volviera la mirada hacia atrás hasta que no hubieran llegado al reino de los vivos. Pero, poco antes de alcanzar la luz, incapaz de resistirse, Orfeo se volvió a Eurídice y ésta desapareció, perdida para siempre.
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La historia va más allá, pero al cabo, esta es la parte que quería citar, la fuente a partir de la cual he sacado este texto es: DICCIONARIO DE LA MITOLOGÍA CLÁSICA, dirigido por René Martin. Espasa. Madrid, 1998.
No deja de ser curioso lo que el amor puede unir y lo que puede separar, ¿no creéis?