La aMarga destrucción del entorno urbano

Leo, con ninguna sorpresa, el martes pasado en el diario El Mundo (sección autonómica): OHL despide a toda la plantilla del distribuidor de La Marga. Parece ser que el señor don José Blanco (ministro de Fomento -qué fomenta aún no lo hemos descubierto) anunció que con esto de la CRISIS se iban a paralizar grandes proyectos de infraestructura en Cantabria y, entre ellos, ha resultado que nos dejan por concluir la Ronda de la Bahía y el Distribuidor de La Marga.

Pues bien, en éstas nos quedamos mientras, los que cogemos el trasporte público, seguimos viendo ese boquete que han dejado al lado de una Residencia que no sé ya cómo no se nos cae a cachos... con esas redecillas a los lados, y dos empalmes construidos deprisa y corriendo, que da pena verlo, tanto por dentro como por fuera...

Y no recuerdo si días atrás, días después o incluso el mismo día y el mismo periódico en que leí la noticia antes citada, he leído también que don Pepe hace las delicias de don Revilluca y nos van a poner AVE por Palencia.

Miren... Que están jugando con fuego. Una servidora, que muy tonta no es, ni muy inteligente, comienza a pensar: si hay dos obras comenzadas en esta nuestra infinitud cantabrista, dos obras que además, o bien son necesarias o bien nos han hecho creer que lo son (a mi modo de ver, al menos con La Marga, un poquito de ambas; bien es cierto que la Ronda es imprescindible, vistos los atascos que se montan en la autovía), y además el ministros de Fomento ya le había dicho a Revilla que ni con anchoas iba a convencerle de poner un AVE a Cantabria que pasara por Palencia y no por el País Vasco... ¿Qué tejemanejes se traen ahora con este cambio de planes? 
En mi casa me enseñaron siempre, aunque no siempre lo cumpla, aquello de: acaba una cosa antes de empezar otra. Y me van a permitir que de algún modo "eduque" a estos dos personajes del panorama político español y cántabro y les diga que hagan lo propio con las obras a acometer.

Soy asidua cliente del servicio ferroviario y les diré que aquí en Cantabria, ahora mismo, no necesitamos un AVE, de momento volar es pedir demasiado. Lo que queremos es que nuestro tren pueda ser una LIEBRE y no una TORTUGA, y para ello necesitamos que SE ARREGLEN CONVENIENTEMENTE LAS VÍAS FERROVIARIAS que van desde Santander a Reinosa, y los colindantes afluentes.

No saben (o igual sí) la de tiempo que se gasta en tren en ir de Reina a Santander (o el recorrido opuesto). No saben qué traqueteos se trae el cubículo, sobre todo en invierno, por esas vías que, aparentemente no difieren de las del resto del país... Y sin embargo, qué diferencia cuando pisas vías vallisoletanas, madrileñas o escoja usted la comunidad.

Por ello, ver pasar un Alta Velocidad por esas vías sería como apostarse la vida delante de un toro, mucho más prohibible sin duda lo primero en lo que a vidas humanas se refiere (y que conste, y aquí algunos me agarrarían de los cuernos, que a mí las corridas de toros me infundan un profundo desprecio en cuanto a lo que tiene de matanza y sufrimiento del animal -no entro a valorar en esta entrada qué me parece la prohibición catalana).

Por ello, como el tinglado de mejorar las vías no lo van a llevar a cabo... Les pido, señores míos, Blanco y Revilla, Revilla y Blanco (léase esto último con la melodía pegadiza de aquella serie de dibujos animados de Don Quijote de la Mancha), que dejen de estar al plato y a las tajadas. Que acaben lo que han empezado de una vez, que a mí, como ciudadana de Santander, me da vergüenza imaginar esa cicatriz que han hecho a La Marga, olvidada por los meses y los años de paralización, repleta de residuos de chavalerío que ya perdió la cobardía al ver que nadie vigilaba aquello y se sumó a los macrobotellones de la Resi; y que después, en algún momento, algún partido, decida tapar el hueco con tierra podrida y nadie recuerdo la de dinero, tiempo y molestias que se causaron para que después Revilla y sus anchoas, José Blanco y sus fomentos, acabaran por llevarse el ascua a su sardina.

VERGÜENZA

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