Las razones del cesado director de la UNED en Cantabria


En primer lugar, quiero aclarar que las palabras que a continuación pueden leer no son sino el fruto de la experiencia vivida con el ya ex director del centro asociado de la UNED en Cantabria. Toda la información que voy a aportar puede ser comprobada ya que está registrada en el correspondiente órgano, además, personalmente, cuento con una copia de los hechos porque, en su momento, ya temí que destruyeran cualquier prueba de los mismos, los cuales paso a relatar:
            El ex director del centro asociado de la UNED, José Luis González García, ha ofrecido, tras el anuncio de su cese, un panorama que dista mucho de la realidad. Según las declaraciones vertidas el día 28 de este mes en El Diario Montañés, él no comprende las razones de su cese y le parece que esta actuación está rozando el esperpento (pueden ver el archivo en el siguiente enlace: http://apliweb.uned.es/comunicacion/prensa/ficheros_ver.asp?ID=20290612). Como alumna y antigua delegada de Filología de este centro y a nivel nacional también (labor de la que podrían dar fe muchos compañeros, no sólo alumnos, sino también profesores), quisiera justificar un poco más, si cabe, la correctísima decisión que ha tomado la Junta Rectora al cesar a este señor.
En el mes de marzo del año 2010, el entonces director del centro, José Luis González García, me escribió (con registro de salida nº 90 del centro asociado de la UNED en Cantabria) una carta en la que me amenazaba con abrirme expediente informativo a causa de unas declaraciones que yo realicé en el foro de alumnos, repito, de alumnos, sobre, entre otras cosas, la actitud que este señor tenía con los delegados del centro, a los que, tras su elección como director, no citó para reunirse, y tuve que ser yo la que propusiera una reunión, a mi entender, necesaria, para acercar posiciones y conocernos los delegados y él. Dicha reunión nunca se celebró puesto que en la fecha convenida para su celebración, la que escribe no podía acudir por razones de fuerza mayor (concretamente, la inexcusable realización de su prueba teórica para la obtención del permiso de conducción). En estas circunstancias, propuse que la reunión se celebrase sin mí, ya que yo no era indispensable y la entonces delegada de centro podía acudir; a este respecto, no hubo ninguna concreción ni respuesta. Tras la queja que plasmé, como he dicho, en el foro habilitado para los alumnos, me llegó dicha carta con su correspondiente amenaza, pero nunca llegó notificación oficial alguna de la apertura de dicho expediente informativo, aún más, en mi expediente no consta ningún registro disciplinario. En dicho documento, también me instaba a contestar a una serie de preguntas que, de haberse abierto dicho expediente –con el que de ningún modo un director debe amenazar a un alumno-, hubieran sido formuladas por el órgano competente, nunca por el señor director.
Ante estos hechos, la que escribe respondió a la carta del entonces director (registro de entrada en el mismo organismo nº 187, a 29 de marzo de 2010) con el estupor que corresponde tras una actuación tan mezquina y de abuso de poder como la que refleja la carta del señor director, manifestando la espera ante esa supuesta apertura de expediente que nunca llegaría. Igualmente, solicité el amparo del Vicerrectorado de Estudiantes y Desarrollo Profesional de la UNED, enviando, con copia al Defensor Universitario, una carta en la que adjuntaba las dos anteriores y exponía mis circunstancias.
Las actuaciones llevadas a cabo tras estos hechos son para mí un misterio, y lo seguirán siendo. Puesto que durante más de dos años no he visto que el señor José Luis González García fuese amonestado por su mala actuación (y, como pueden imaginar, no es esta la única).
Por todo ello, si estos hechos se incluyen en la decisión de la Junta Rectora de cesarle, creo firmemente que se ha hecho justicia, y si no, espero que lo tengan en cuenta por si, finalmente, el ex director decide (como consta en el artículo del periódico mencionado) con su abogado recurrir el cese. Un señor que considera que ser doctor y haber realizado proyectos de docencia e investigación es una gran exigencia para ser director no merece serlo, pero eso es ya entrar en valoraciones personales que no vienen al caso. Y como tenga una fe ciega en que lo que escribo aquí puede ser comprobado como cierto por cualquiera, no tengo ningún miedo a firmar mi escrito.

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