La extraña sensación...

...de que todo empiece a resultar familiar. De que extrañes calles por las que no pasas nunca y las compares con las tuyas, aquellas que paseas a diario, para ir a trabajar, a hacer la compra, para esas cosas que nos mantienen con vida pero no vivos.

Esa sensación de reconocer lo que te desconoce, aquello que sabes que nunca se asomará a tus secretos, ni siquiera a aquello que expresas a voz en grito. Reconozco que da miedo sentirse en casa allí donde todo es tan hostil.

Y cada cambio que no supone huir es un cambio que me estremece, un cambio que supone echar raíces. Y este suelo es tan infertil para mí, para mis proyectos, para mis aficiones, para mis "semanas con algo de sentido, aunque sea un poquito; solamente para no pensar que pasa el tiempo, sí, pero por encima de mí", es tan infertil que da miedo echar raíces.

Escucho con mucha frecuencia que soy muy directa, que soy muy enérgica, demasiado honesta (eso es lo que en realidad quieren decir). La gente tiene la piel fina de manera selectiva (nunca les oí quejarse de mi honestidad cuando aprecio alguno de sus rasgos). Escucho con frecuencia que mi carácter está relacionado con mi procedencia (mucho me extrañaría).

Hablemos claro... En esta tierra necesitan, por encima de todo, la verdad y el apoyo para hacer frente a esa verdad. Esta es mi Armada Invencible... Y no pienso naufragar antes de, al menos, llegar a puerto (aunque al llegar encuentre cañones apuntándome al ombligo).

Otras entradas