Sostenidos los rostros...

Sostenidos los rostros
por aquellas partículas de insomnio presentido
que nos hicieron jugar con los pequeños resquicios
de una luz aparente, un signo tenue,
hemos vuelto a enloquecer
Aquellas tazas de café: ponga dos medianos
y nuestras flores: blancas, moradas, mojadas
como el cristal de mi paraguas
(pídeme un croissant que quiero comerte)
se ruborizan si cabeceamos
Estos versos azules y grises
de entre mis uñas rojas - es jornada de alucinaciones-
aparentan ser más pobres de lo que nunca fueron
Y un primero de diciembre,
sin más dolor que el que vino con nosotros
aquél de un abril levantino
por qué no darte un "te quiero"