Teoría sobre un pasado

La materia de que se componen los sueños, estoy cada vez más segura de que se parece mucho a la que compone los recuerdos.

Es un material raramente perecedero, un material de cristales afilados y pequeños trozos de alma.

Materia que no sabemos si nos forma o la formamos, si nos llena o la llenamos. Si el recuerdo es con nosotros o nosotros con el recuerdo, con el sueño.

Y no entendemos que querer elucubrar sobre recuerdos del pasado sea abrir heridas, sino más bien el acto inocente de unos sueños que acabaron de ser sueños, pero nunca acabaron de ser hechos. La sustancia y la forma que estos hechos cobran con el tiempo, nos incita a definirnos dueños de los mismos, nunca esclavos.

Esas almas, de que son culpables los trozos que componen nuestros recuerdos, parecen presentes y heridas. Sin embargo, nunca seremos claramente conscientes de hasta dónde nuestros hechos nos llevaron a romperlas. Puede que el tiempo quiera culpabilizarnos, o al contrario, que nos de la razón. No obstante, nuestra naturaleza nos impulsará siempre a terminar lo inacabado.

Y queramos o no, hemos cometido errores, pero seguir soñando, dada la materia de los sueños, es seguir recordando eternamente.

Recomponer el pasado, sólo se puede viviendo el presente... y amando.

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