¿Quién te dijo a tí...?

Ayer mañana estoy lenta, dormida y en pijama...

Asombrada de encontrarme bastantes personas entre tanta gente, que de poco aparecer (yo, no ellas) no las conocía; y que si así hay unos pocos es porque lo bueno no abunda.

¿Quién te dijo a tí, Lucía, que el mundo era sólo un pistacho pocho y un mal libro releído?
Es exactamente como me hubiera gustado que fuese hace tiempo, y aunque ahora no me haga falta, lo quiero. Porque mañana tal vez me sobre la ironía para despreciarlo pero hoy me siento contenta de tenerlo aquí.

Y a pesar de que hay personas que estos días están lejos, forman parte de este todo nuevo y factible que supera su propio onirismo (si es que este sustantivo existe).

¿Quién te dijo a tí, Lucía, que salir a buscar lo que ignoras te iba dar estos resultados?

Reencuentro con la literatura más despreciada universalmente, con el miedo y las ganas de romper a llorar o a reír, con las palabras ajenas que suenan a propias, con la pasión artística que desborda en algunos sujetos ahora idetificables.

Lo único que falla, o tal vez no, es con quien poder o no poder compartirlo.

Otras entradas