Honey, want you stop treating me that way?

Esto es un regalo (o una broma pesada) para aquellos que saben lo difícil que es, en general, que el porcentaje de momentos felices iguale, por lo menos, la balanza de momentos totales.

Especialmente, es para los que aun sabiendo todo el daño que hicieron, queriendo o no, deciden enfrentarse a su peor rival: el miedo a sí mismos.

Todos necesitamos un apoyo, a ser posible, que nos conozca mejor que nosotros mismos.

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