Transiciones o De los momentos que olvidamos I

Ayer noche leía en El cielo raso de Álvaro Pombo:


(...) Bésame con los besos de tus labios míos pronunciando mi nombre al mismo tiempo. (...)




Y en eso se me fue la lectura, al cabo de dos páginas más tuve que dejar de leer. Porque hay momentos en los que parece que todo concluye igual. Yo no sé si os ha ocurrido alguna vez, pero a mí me da la sensación de que a veces vivo lo que leo, escucho o veo y al revés, leo, escucho o veo lo que he vivido.


Y esta frase, como tantas otras que voy encontrando en los libros que pasan por mis manos, llega en el momento justo. Porque ciertamente hay veces en que no necesitas más que lo que reza esa línea de Pombo.


También me ocurre que ayer desperté contenta y que una serie de circunstancias me llevaron a terminar el día con una inmensa sensación de impotencia. Y pienso en todo a la vez y me resulta nada. Y se me pasa por la cabeza terminar con lo difícil y buscar lo fácil, y es sin embargo lo fácil lo que te lleva a lo difícil.


Ya sé que esto no tiene ni pies ni cabeza, pero hay momentos que olvidamos que en realidad son la raíz de miles de recuerdos.

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