Cuadernos de viaje

- Cenaremos en (...), pagaremos porque sea un gran recuerdo de Barcelona.

- Lo ha de ser: lugar muy agradable, iluminado por ella. Los pesudónimos no son forzosamente otra persona, ni siquiera otra identidad. Ella aguarda la cena con ojillos llorosos. Ya llega el té frío, con su aloe y su jengibre, antesala del convite. No he conocido a nadie que sepa más que (...) de especias y sabores.

- Y sin embargo, sigo sin descifrar su sabor especial y especiado.

- Para goce mío y amor mutuo... Que también el viaje es un regreso.


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