¿Cómo le llaman?

- Precisamente, el otro día hablaba con él y le mencioné.
- La verdad es que me da igual señorita, me da igual eso y cualquier cosa que me diga.
- No se ponga así, "la vida es hermosa" que dicen Les Luthiers...
- La vida es hermosa... ¿Qué vida? Me acaba de decir que ha leído lo que yo escribí.
- Pues claro que sí, lo he leído, tiene usted una prosa fantástica, a mí me gusta mucho. Sí es cierto que no es usted muy alegre, pero algo habrá que le haga feliz ¿no?
- La gente no se preocupa mucho por mi estado, y me sorprende que lo haga usted, de hecho, prefiero que no lo haga... Escribo mejor si estoy deprimido, y usted me alegra demasiado... Es muy estridente para lo que yo quiero a mi alrededor...
- Usted es muy extraño, señor.
- Ya lo sé, mire estoy escribiendo algo, muy interesante, pero se me han quitado las ganas con tanta felicidad que tiene.
- Oh, no no. Si quiere le aporto unas lagrimitas...
- Ellos no valoran lo que hago, y eso me ayuda a seguir escribiendo. Ya me han puesto mote... Poco original desde luego. Me lo han puesto porque hablo poco, y digo cosas obvias, o eso dicen ellos. Que no tengo alma dicen, que soy una máquina de la tristeza. Y por eso me pusieron mote.
- Oiga, y ¿qué mote es ese? ¿Cómo le llaman?
- ... El Idiota.

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