Delicias de carbón (II)


- Me ha dicho que me deja -creía entenderle entre lágrimas- que está harta de lavarme los calzoncillos que mancho con otra, que los dejo hechos unos zorros... que si no me da vergüenza, que si no tengo dignidad, que podría haberle sido sincero. Yo no quería, tú lo sabes, que yo no quería hacerla daño, yo la amo.

- Tú la amas como se ama mucha gente, la gente se ama con indiferencia, se ama con un estereotipo de que hay que amarse. Amor es lo que hay entre nosotros, eso sí es amor, no lo que tú tienes con ella. Con ella te lo montas, más o menos bien, y acabas destrozado después que ni pitillo ni tales acuerdos, que te duermes casi antes de acabar. Y eso no es porque estés cansado, como le dices tú a ella, eso es porque no la quieres de verdad. Porque cuando se quiere de verdad la gente, saca fuerzas de debajo de las piedras, tú y yo nunca hemos tenido ese problema... A mí acabas, no me dejas a medias.

- No, esto no tiene nada que ver con eso. Mi novia me ha dicho que me deja y lo que tú y yo tenemos, por mucho amor que sintamos el uno por el otro, no me sirve para salvarme.

- ¿Para salvarte de qué? Mira Santi, aquí no hay salvación... O te mojas o te quedas solo toda la puta vida. Si tu novia te deja es porque no funciona, hay más novias en el mundo... Hasta yo podría tener novia si me apeteciera, están todas salidas buscando con quién mojar un sábado por la noche; que llegan a los baretos ya con la braga fuera, ¡unas cerdas todas! Así que si se dejan agarrar con esa facilidad, será fácil también que alguna se te enamore.

- Y qué hay de mi amor, yo quiero enamorarme también, además, tú y yo nos enamoramos y no estamos juntos, a ver si me entiendes, juntos sí, pero juntos no.

- Que sí cariño que sí, que mañana volverá contigo, esa novia tuya no puede vivir sin ti, porque eres un trozo de pan, un sol, un amor... Eres una mierda de chaval pero ella así te quiere.

- Si tanta mierda soy, ¿por qué me quieres?

- Yo quiero no quererte Santi, quiero no quererte y te quiero sólo cuando estás aquí, cuando te vas te desquiero y no quiero quererte además. No quiero quererte nunca y por eso te quiero tanto cuando estás conmigo, para no tener que quererte después.

- Mañana iré a pedirla perdón.

- ¿Y vas a dejar de verme?

- Yo no he dicho eso.


(...)

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